El Príncipe Alberto II de Mónaco, cara a cara con los fósiles más importantes de Europa en su visita al Museo de la Evolución Humana
El Museo de la Evolución Humana ha sido una de las paradas de S.A.S. El Príncipe Alberto II de Mónaco en su visita a Burgos. El soberano monegasco estuvo acompañado en su visita por la embajadora de Mónaco en España, Catherine Fautrier-Rousseau, los codirectores de los Yacimientos de Atapuerca, Eudald Carbonell y Juan Luis Arsuaga, que es también director científico del MEH y miembro del consejo científico del Museo de Prehistoria de Mónaco, y la coordinadora general del Museo, Aurora Martín.
Junto a ellos han realizado la visita la directora del Museo de Antropología Prehistórica de Mónaco, Elena Rossoni-Notter –fundado por Alberto I de Mónaco-, el cónsul honorario de Mónaco en Castilla y León, Philippe Guillaumet, Anna Echassoux, directora general del IPH de París, Elisabeth Fauquembergue, administradora del Laboratorio de Prehistoria Niza, y Eugénia Ossipova, investigadora del Centro de Investigaciones Prehistóricas de Tautavel.
El Príncipe comenzó su visita en el espacio del Museo dedicado a la especie Homo antecessor, con una antigüedad de casi un millón de años; una especie creada a partir de los hallazgos encontrados en el yacimiento de Gran Dolina de la Sierra de Atapuerca y cuyo primer fósil fue descubierto por la actual coordinadora del MEH, Aurora Martín. Se mostró sorprendido al saber que el Museo de la Evolución Humana muestre fósiles originales.
Posteriormente, de la mano de Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y Aurora Martín, visitó el espacio dedicado a la Sima de los Huesos con algunos de los fósiles del Paleolítico más importantes del mundo, como el ‘Cráneo número 5’, al que se han añadido este año las vértebras cervicales o la ‘Pelvis Elvis’, que cuenta desde hace dos semanas con sus vértebras lumbares, algo excepcional en el registro fósil.
También hizo una parada ante el Bifaz ‘Excalibur’, uno de los objetos más icónicos de la Prehistoria por su singular belleza y el misterio que envuelve su descubrimiento. La visita la finalizó en la exposición temporal ‘Tenerse en pie. La postura erguida en la Evolución Humana’, donde admiró los fósiles originales expuestos y preguntó por la edad de los individuos cuyos fósiles fueron encontrados en los Yacimientos de Atapuerca.
A su salida, el S.A.S. el Príncipe Alberto II de Mónaco destacó la majestuosidad del edificio que alberga el Museo, obra del arquitecto Juan Navarro Baldeweg, y su posición privilegiada de mirador a la parte histórica de la ciudad de Burgos y su catedral.
Desde hace años el soberano monegasco tenía un interés especial en realizar una visita científica y cultural a los yacimientos de Atapuerca, al Museo de la Evolución Humana y al Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (Cenieh), tres lugares situados en Burgos punteros a nivel mundial en el estudio y la divulgación de la evolución humana. La Sierra de Atapuerca lleva más de cuarenta años de excavaciones, con grandes descubrimientos, entre ellos nuevas especies de homínidos.
Por su parte, el Museo de la Evolución Humana es uno de los pocos museos del mundo en esta materia y exhibe una colección excepcional de fósiles originales en su exposición permanente y el Cenieh es un referente internacional como centro de investigación de la evolución. Se trata de tres espacios promovidos por la Junta de Castilla y León.
La visita de SAS el Príncipe Alberto coincide además con uno de los descubrimientos principales de Atapuerca en toda su historia, la cara del que podría ser el primer homínido europeo con una antigüedad de cerca de un millón cuatrocientos mil años y que se encontró en la campaña de excavación de este verano.
Mónaco y Atapuerca
La relación del Príncipe monegasco con Atapuerca está ligada a Henry de Lumley, actual presidente del Instituto de Paleontología de París, dependiente del Principado de Mónaco. Lumley es premio ‘Evolución de Atapuerca’ y ha estado ‘hermanado’ a la investigación en estos yacimientos desde que dirigiera la tesis doctoral en Geología en la capital francesa de uno de los codirectores de los Yacimientos, Eudald Carbonell.
Lumley, junto a su mujer, ha sido impulsor de numerosos museos de prehistoria en Europa y mantiene una estrecha relación con el Principado y con Atapuerca. Ha escrito numerosos libros y dirigido decenas de tesis doctorales entre ellas la del codirector de las excavaciones burgalesas, Eudald Carbonell, sobre Geología del Cuaternario.
Fundación Alberto de Mónaco
Alberto II de Mónaco heredó de su tatarabuelo de Alberto I, XI Príncipe de Mónaco, su pasión por la ciencia y la investigación. Al crear su fundación en apoyo a la oceanografía y la paleantropología, Alberto I quiso que la Ciencia fuera conocida, amada y protegida mediante el apoyo a instituciones científicas y museológicas. Asimismo, fue uno de los impulsores y financiadores de la investigación de las pinturas rupestres en las cuevas de Cantabria y las visitó en 1904. El actual Príncipe las conoció también en 2010.
Alberto II, con su fundación, ha procurado apostar por la sostenibilidad y el medio ambiente y lleva invertidos más de 80 millones de euros en proyectos sostenibles en 170 organizaciones internacionales.
Es sensible con la conservación de la biodiversidad, la gestión responsable del agua o la lucha contra el deshielo e insiste en poner a los jóvenes en el centro de todas las acciones y en mejorar las condiciones de vida de los habitantes del planeta. Desde 2016 su fundación se encuentra establecida en España, con varios proyectos.