El rector reclama mayor financiación para que la UBU siga investigando más y mejor
La Universidad de Burgos ha celebrado esta mañana la ceremonia por la que 55 nuevos doctores se incorporan a su Claustro, en la ceremonia anual que supone el reconocimiento a las y los investigadores que defendieron tesis doctoral en las diferentes ramas del conocimiento: Ciencias, Ciencias Sociales y Jurídicas, Ingeniería y Arquitectura, Ciencias de la Salud y Arte y Humanidades.
El rector de la Universidad de Burgos, Manuel Pérez Mateos, felicitó a los nuevos doctores y aseguró que la UBU “investiga más y mejor que nunca”, con un récord de casi 400 alumnos en la Escuela de Doctorado y una notable producción científica, tras la defensa de 55 tesis doctorales en 13 programas de Doctorado.
Para continuar con esta labor, el rector burgalés reivindicó, de forma acuciante, un mayor apoyo financiero para reforzar la aportación que la universidad española realiza a la investigación nacional, que alcanza más del 70% de la que se lleva a cabo en nuestro país.
Infrafinanciación
Centrado en el caso de la Universidad de Burgos, Pérez Mateos puso de relieve la infrafinanciación que sufre esta institución, pese al exitoso posicionamiento que ha alcanzado. “Hemos conseguido compartir posiciones en los ránquines internacionales con universidades que tienen presupuestos, en cuantías relativas, tres y cuatro veces superiores”, recordó el rector, quien calificó como “desesperada” la necesidad de incrementar la financiación. Demanda que trasladó, junto a la reclamada Facultad de Medicina, al próximo presidente de la Comunidad.
En su discurso, Pérez Mateos puso de relieve que, en los últimos 5 años, la UBU ha incrementado un 240% la captación de fondos provenientes de contratos de investigación con entidades públicas y privadas, pasando de 4,5 a 15,3 millones de euros, de los cuales 6,3 millones corresponden a la ejecución de los 40 proyectos europeos. Señaló, igualmente, que los 338 investigadoras e investigadores contratados, junto a los 900 docentes e investigadores de plantilla “se integran en nuestra ciudad y provincia aportando talento y masa crítica a nuestra sociedad”. También demandó un incremento de los fondos destinados a personal, para rejuvenecer la plantilla de PDI y PAS.
Ley de la Ciencia
El rector se felicitó por la aprobación del proyecto ley de reforma de la Ley de la Ciencia, que pretende reducir la precariedad de los contratos de los investigadores, atraer talento y potenciar la transferencia del conocimiento, pero se mostró preocupado por la posible paralización de los contratos hasta que esta normativa entre en vigor.
La internacionalización también tuvo lugar en la intervención del rector, campo en el que destacó la reciente firma, esta misma semana en Bruselas, de la integración de la Universidad de Burgos en la alianza EMERGE, apostando firmemente por la constitución de una Universidad Europea con otras 7 universidades de nuestro continente.
Condena a la agresión a Ucrania
Por último, Pérez Mateos condenó enérgicamente la “brutal agresión del presidente de la Federación Rusa a Ucrania. No puedo imaginar nada más contrario al espíritu universitario que la guerra y la violencia” y mostró la disposición de la UBU, traslada al Gobierno central, para ofrecer asilo y prestaciones académicas a la comunidad universitaria de Ucrania.
El rector finalizó su intervención poniendo el valor el papel de las universidades en el avance de la sociedad: “Los países más desarrollados no son los que tienen las mejores universidades, sino que los países que invierten y apuestan por sus universidades son los que se convierten en los más desarrollados”.
Ciencia por sí misma
Mario Juez Gil tomó la palabra en representación de los nuevos doctores en el año 2021 y definió la realización de la una tesis doctoral como “uno de los mayores proyectos personales que podemos emprender y ha sido la etapa de mayor crecimiento de mi vida, tanto a nivel intelectual como a nivel personal”.
El nuevo doctor destacó el hecho de que las 55 tesis doctorales defendidas son “un claro indicativo de la enorme cantidad de talento presente en la Universidad de Burgos”. En su intervención no olvidó el agradecimiento a compañeros, directores, familia, amigos y personas cercanas por el apoyo recibido.
Juez Gil hizo hincapié en la importancia de la ciencia por sí misma. “Casi todo cuanto nos rodea se cuantifica y está sujeto a evaluación, en este contexto nuestra tesis pasa de ser un conjunto de ideas creativas que nos motiva a explorar, a un producto que no está a la altura de los estándares, y ese sentimiento, es algo que la ciencia no se puede permitir. La ciencia necesita que quienes la construimos seamos creativos y confiemos en nuestras ideas, aun a riesgo de que en ciertas ocasiones los resultados no sean los esperados” afirmó.
También destacó la contribución que suponen a la sociedad los avances científicos “Ver cómo la vida de quienes nos rodean mejora gracias a nuestro trabajo es una de las sensaciones más reconfortantes que conozco”, sin olvidar la oportunidad que ha supuesto para él de conocer “personas fantásticas con unos valores increíbles”.
Por último, el nuevo doctor apeló a conservar los valores éticos que la ciencia merece y mostró su más profundo desacuerdo con el uso de la ciencia para fines bélicos “El avance científico no debe, en ninguna circunstancia, incluir tipo alguno de investigación relacionada con esta materia, porque en el camino hacia la paz, nosotros, los investigadores, también podemos jugar un papel importante”.
Un esfuerzo continuado enfocado al ser humano
A continuación, intervino el padrino de los nuevos doctores, José María de la Cuesta Sáenz, catedrático de Universidad del Área de Conocimiento de Derecho Civil, quien en su discurso “Elogio del Doctorado” hizo un recorrido por las características del investigador a la vista de los pensadores y filósofos más prestigiosos, siempre caracterizados por “su libertad y su sutileza, un ejemplo de valor permanente para quienes nos dedicamos a la investigación y a la docencia”.
El padrino recomendó a los nuevos doctores persistir en el esfuerzo y mantener una actitud de mente abierta y libertad para debatir, pero siempre “acompañada de un estado de alerta permanente, ya que se ha calificado con acierto la investigación científica de búsqueda sin término”.
Resaltó como este estado de alerta debe aplicarse también a la mesura de los métodos y al respeto de la dignidad de la persona. “La actividad investigadora y la docente debe de tener como punto de partida y de llegada lo humano y el investigador debe estar prevenida contra cualquier tentación, cada vez más presente, que conduzca al desvío, finalidad que, por desgracia se olvida” y citó como ejemplos “distopías” literarias entre las que destacan las de A. Huxley, G. Orwell y P.K. Dick, superan ampliamente los peores vaticinios de sus autores.