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Un NO rotundo a la habilitación de giros a la izquierda en el Bulevar del Ferrocarril

Andando Burgos se ha pronunciado en innumerables ocasiones expresando su oposición a la habilitación del giro a la izquierda y otras ocurrencias más sobre el bulevar del ferrocarril. Decimos
ocurrencias porque responden a la sacralización de un aparente sentido común que no es tal.

La ingeniería de tráfico y sus modelos para la gestión de la oferta y para la gestión de la demanda tienen cierto margen de error cuantitativo, pero ofrecen herramientas contundentes para ayudar a la toma racional de decisiones. Por el contrario, la decisión municipal de hacer una especie de “prueba real” del giro a la izquierda en el cruce con la calle Madrid es una ocurrencia que no se
sostiene en la técnica sino en la lógica política de andar por casa.

No solo se desoye el informe de los técnicos de tráfico, sino que se decide políticamente contra las conclusiones técnicas. En el futuro perderá todo valor que el equipo de gobierno se escude en algún informe técnico municipal frente a las solicitudes ciudadanas, sean estas razonables o erradas.

La idea del giro a la izquierda es una solicitud de una buena parte de los automovilistas en su pretensión de la máxima accesibilidad vial, obviando al resto de los modos de moverse por la ciudad y
despreciando la técnica.

Sin embargo, en manos de los políticos, esta idea es populista, de ahí que los partidos más representativos la adoptasen en sus programas electorales; tanto el PP (que prefiguró esta intención en el propio pliego de prescripciones de la contratación de asesoría externa para el Plan de Movilidad Urbana Sostenible) como el PSOE y Cs. Pero esta idea es errónea y mala para la ciudad, contraria a toda lógica técnica tanto desde los criterios convencionales de ingeniería de tráfico como desde los de la nueva cultura de la movilidad.

La justificación no ha sido ofrecida por el equipo de gobierno, como si fuese evidente, pero sí por el PMUS (actualmente en proceso de contestación a las alegaciones), que esgrime que la habilitación de giros a la izquierda pretende “mejorar la permeabilidad transversal de la ciudad y aliviar la presión del tráfico rodado en el centro de la ciudad”.

Sin embargo, contra esa intención, la permeabilidad transversal del tráfico rodado se verá perjudicada precisamente por la habilitación de giros a la izquierda y más aún por unas inverosímiles glorietas, porque inducirá más tráfico (lo cual es contradictoriamente reconocido por el propio PMUS en los datos que ofrece al respecto) y porque perjudicará notablemente al tráfico longitudinal en el propio Bulevar.

El Bulevar funciona con un nivel de servicio más que aceptable y mueve un volumen de tráfico muy importante a lo largo del día. No hay justificación suficientemente solvente para implementar medidas de este tipo y menos en la calle Madrid, que podría verse enormemente afectada.

Con el giro a la izquierda pretendido, la semaforización para los viandantes se verá muy perjudicada. El giro a la izquierda en el cruce con la calle Madrid, sirviéndose solo del control semafórico, afectará al tráfico de paso en recto, como bien se ha indicado desde el área de Tráfico, generando enormes colas y perjudicando la funcionalidad del autobús urbano.

La simulación pretendida por la concejalía no funcionará (como ya ha advertido el área de Tráfico) y la contumacia llevará quizás a pensar en que, por ello, habría que realizar una intervención física, es decir, cuñas de giro, para no afectar al paso en recto. Pero las cuñas de giro afectarán a la sección de la mediana (y, por tanto, al espacio de refugio para el viandante) y de todo el Bulevar.

En la medida en que el Bulevar ha sido conectado con la ronda interior, el tráfico tanto en el Bulevar como en zonas colindantes y calles adyacentes se ha ido incrementando. Calles que, en origen,
eran tranquilas, hoy son sumideros de coches (ejemplo: calle Reina Leonor o calle Arles).

Es decir, tendremos tráfico por doquier sin solucionar nada. Porque el problema de fondo a resolver no está en nuevas infraestructuras sino en la disminución del volumen de tráfico. Debemos gestionar la demanda, no la oferta.

Fotografía : Burgos Bus

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