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La cueva de Santa Ana, clave para comprender los procesos culturales hace más de 500 mil años

El Equipo de Investigación Primeros Pobladores de Extremadura, la Fundación Atapuerca y el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA) han participado en un estudio sobre el conjunto de herramientas líticas achelenses encontradas en la cueva de Santa Ana (Cáceres, España) y que ha sido publicado en la revista Journal of Archaeological Science: Reports. El trabajo lo ha liderado Francisco-Javier García Vadillo, beneficiario de una ayuda económica de la Fundación Atapuerca, y ha contado con la participación de Eudald Carbonell, Antoni Canals y Xosé-Pedro Rodríguez-Álvarez, investigadores del IPHES y miembros del Equipo de Investigación de Atapuerca.

El conjunto de herramientas líticas achelenses halladas en la cueva de Santa Ana (Cáceres, España) ha puesto de manifiesto un fenómeno de estasis tecnológica en el contexto de uno de los procesos de dispersión cultural de mayor envergadura y duración de toda la Prehistoria: la expansión de la tecnología Achelense.

Diferentes estudios han analizado las innovaciones tecnológicas que favorecieron la expansión de los homínidos fuera de África. Sin embargo, las herramientas líticas halladas en Santa Ana evidencian fuertes semejanzas entre el repertorio de tipos de instrumentos líticos hallados en esta cueva de Cáceres y los fabricados en el Este África hace 1,75 millones de años, cuando apareció la tecnología Achelense y durante las primeras dispersiones de esta nueva forma de fabricar herramientas fuera del continente africano. Estas semejanzas representan un fenómeno de estasis tecnológica, las herramientas de Santa Ana apenas presentan ningún cambio respecto al repertorio lítico del primer Achelense.

En Santa Ana se han encontrado unas herramientas líticas muy particulares y poco frecuentes fuera de África: los esferoides. En la Península Ibérica, la cueva de Santa Ana registra por primera vez esferoides asociados a herramientas típicas del Achelense como son los picos, hendedores y los bifaces, conocidos también como hachas de mano. Los conjuntos con una tecnología similar a la de Santa Ana son muy escasos, corresponden con los primeros conjuntos con tecnología Achelense en África de hace 1,75 millones de años y las primeras manifestaciones del Achelense en el Norte de África, Corredor Palestino, China e India con más de 1 millón de años. Mucho tiempo después, y en un espacio tan alejado como el Calerizo de Cáceres, las herramientas líticas de la cueva de Santa Ana (Cáceres, España) son prácticamente idénticas.

El hecho de que los homínidos de Santa Ana mantuvieran esta diversidad de herramientas indica un fuerte conservadurismo, una estasis tecnológica que constituyó una ventaja evolutiva para los primeros homínidos. Este conservadurismo explica que instrumentos como los bifaces presenten formas semejantes allí donde se encuentren. No hay diferencias entre los bifaces que aparecieron en África hace 1,75 millones de años, los documentados en China, ni tampoco entre los descubiertos en la cueva de Santa Ana.

Que Santa Ana registre esas similitudes con las primeras industrias achelenses del Este de África sería posible gracias a la capacidad de aprender, transmitir y sobre todo reproducir de forma fidedigna los conocimientos tecnológicos adquiridos por los homínidos. En el contexto de la Península Ibérica la singularidad de Santa Ana radica también en la localización del conjunto en una cueva, en el uso sistemático del cuarzo como materia prima y de lascas de más de 10 cm para fabricar otras herramientas.

En la Península Ibérica las cuevas con tecnología Achelense son muy escasas, entre ellas se encuentran Galería y Gran Dolina en los yacimientos de la sierra de Atapuerca (Burgos), cueva Horá (Granada), cueva del Ángel (Córdoba) y algunos niveles de la cueva del Bolomor (Valencia). El cuarzo apenas fue utilizado como materia prima para fabricar industria lítica Achelense debido a las dificultades que plantea tallar este material. Sin embargo, los homínidos de Santa Ana tallaron con gran destreza el cuarzo.

Los tipos de herramientas halladas en Santa Ana son el resultado de un proceso de dispersión cultural que comenzó hace más de un millón de años. Este proceso fue protagonizado por homínidos de origen africano que expandieron sus poblaciones y formas de fabricar herramientas líticas en Europa y Asia. Este proceso tuvo su apogeo durante el Pleistoceno medio, hace más 500.000 años.

Hace 1,75 millones de años la tecnología Achelense surgió en el Este de África. Las formas de organizar la fabricación de herramientas líticas cambiaron, aunque pervivieron algunos instrumentos líticos del substrato cultural anterior, entre ellos los esferoides. Aparecieron nuevos instrumentos líticos de gran tamaño con formas estandarizadas y utilizables en diferentes actividades (versátiles).

Entre estas nuevas herramientas características del Achelense se encontraban bifaces, picos y hendedores. Esta nueva tecnología influyó de forma definitiva en el incremento de la capacidad de los homínidos para transformar su entorno y controlar el territorio. Los homínidos fortalecieron sus relaciones sociales y su población incrementó.

La aparición del Achelense fue fundamental para afianzar el poblamiento del continente euroasiático. Tal fue el éxito de los grupos que fabricaron estas herramientas que la nueva tecnología Achelense se expandió rápidamente por todo el continente africano, alcanzó Asia hace 1,2 millones de años y llegó también hasta Europa. El Achelense fue uno de los primeros fenómenos que adquirió una extensión global y perduró hasta hace unos 125.000 años antes del presente. Esta rápida expansión y larga perduración demuestra la alta capacidad de adaptación, versatilidad y efectividad a la hora de transformar el entorno de los bifaces, picos y hendedores.

El misterio de los esferoides

Los esferoides son herramientas de piedra con una forma esférica generada por los homínidos. Su función es una incógnita. En algunos yacimientos fueron utilizados para extraer médula de los huesos, pero hay dudas sobre si realmente fueron concebidos para eso. También se creyó que fueron utilizados como elementos arrojadizos. Su función, vinculada a su forma, sería muy diferente de la capacidad de cortar, punzar o seccionar que poseen los bifaces, picos y hendedores.

En todo caso, los homínidos tenían cantos redondeados en los ríos y los utilizaron para percutir, machacar y golpear. A los esferoides fueron los homínidos quienes les dieron esas formas esféricas.

Saber por qué los esferoides son tan escasos y por qué desaparecieron del repertorio del instrumental lítico Achelense es otra gran incógnita. Sin embargo, esta incógnita es la que nos permite hablar de estasis tecnológica en Santa Ana. En Santa Ana la presencia de esferoides junto al instrumental Achelense representa una asociación de herramientas líticas similar a las encontradas en los primeros yacimientos achelenses africanos y fuera de África hasta hace unos 400.000 años.

La cueva de Santa Ana, un proyecto de investigación de largo recorrido

La cueva de Santa Ana se encuentra en las inmediaciones de la ciudad de Cáceres (Extremadura, España), dentro del Centro de Formación de Tropa (CEFOT 1) del Ministerio de Defensa del Gobierno de España. Junto a las cuevas de Maltravieso y El Conejar en el Calerizo de Cáceres, la cueva de Santa Ana ha sido objeto de intervenciones arqueológicas desde el año 2001 por parte del Equipo de investigación de Primeros Pobladores de Extremadura (EPPEX).

Este proyecto es codirigido por Antoni Canals (investigador del IPHES-CERCA) y por Eudald Carbonell (codirector de las excavaciones de Atapuerca y vicepresidente de la Fundación Atapuerca). En estas excavaciones participa Francisco-Javier García-Vadillo, autor principal del trabajo. Xosé-Pedro Rodríguez-Álvarez (investigador del IPHES-CERCA) codirige el trabajo de tesis doctoral en el que se enmarca este estudio.

Las intervenciones arqueológicas en Santa Ana se han localizado en la zona de entrada actual de la cueva y en su interior. En ambas zonas se ha documentado un importante conjunto de herramientas líticas achelenses. Junto a estas herramientas hay un amplio registro faunístico en el que destacan animales como por ejemplo los osos, rinocerontes, hienas y también los caballos y ciervos. Estos animales y los recursos líticos utilizados por los homínidos con tecnología Achelense reflejan la riqueza de los ecosistemas del Calerizo y de la Penillanura de Cáceres, territorio frecuentado por los primeros pobladores de Extremadura.

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