La Fundación Caja de Burgos proyecta la película Sacrificio el miércoles 15 de diciembre en el CAB
El Centro de Arte Caja de Burgos CAB acoge el miércoles 15 de diciembre, a partir de las 17.30 horas, la proyección de la película Sacrificio, dirigida por el ruso Andréi Tarkovski en 1986. Con ella prosigue el ciclo de cine relacionado con la exposición de Pedro Paricio Versión extendida, que actualmente puede visitarse en el centro artístico de la Fundación Caja de Burgos. La entrada es libre hasta completar el aforo.
Retirado junto a su familia en una isla escandinava, Alexander, un antiguo actor y profesor de estética y crítica de arte, disfruta de la compañía de su hijo pequeño, de 6 años, para quien planta un árbol. Es el cumpleaños del viejo profesor, así que este se dispone a celebrarlo acompañado de parientes y amigos. La fiesta se ve interrumpida por el anuncio de que ha estallado la Tercera Guerra Mundial y de que el fin de la humanidad, víctima de un holocausto nuclear, es inminente.
La mujer de Alexander, Adelaide, sufre un ataque de histeria, que calma uno de los invitados, médico. El profesor medita desesperado, reza y promete sacrificarse renunciando a todo lo que ama a cambio de que Dios restaure la paz. Otro de los invitados, el cartero del pueblo, llamado Otto, convence a Alexander de que debe acostarse con una de sus criadas, María, para salvar al mundo.
Con su testamento fílmico, Andréi Tarkovski retomó el camino por el que había transitado en obras como El espejo, Nostalgia y, de forma más explícita, Andrei Rublev: el hermanamiento del cine con el mundo del arte, la superación de ciertos dogmas cinematográficos como forma de abrir sus películas hacia un mundo de resonancias poéticas, libres de los límites narrativos clásicos.
El maestro ruso pertenece a esa reducida estirpe de cineastas que generan casi más interés en los estudiosos de arte que en los cinéfilos, quizá por el valor pictórico de sus largos encuadres, por su forma de contar emociones mediante los contrastes entre luces y sombras, o por el fuerte peso que tienen ciertas tradiciones del arte cristiano en sus imágenes.