El retablo de Cardeñuela Riopico luce restaurado en la Catedral de Burgos hasta el 30 de mayo
Los trabajos de restauración del retablo de Cardeñuela Riopico han finalizado y el resultado ya se puede contemplar en la capilla de la Presentación de la Catedral de Burgos. En este espacio se emplazó originalmente el altar creado por Felipe Bigarny, que enmarcaba el cuadro de Sebastiano del Piombo que preside esta capilla. Ahí se podrá apreciar hasta el 30 de mayo, de lunes a sábado, en horario de 10.30 a 12 horas y de 18.30 a 20 horas.
La Fundación VIII Centenario de la Catedral. Burgos 2021 se comprometió el pasado 22 de julio a financiar la mitad de la restauración, con un importe de 25.000 euros, que se sumaron a lo recaudado por los vecinos de la localidad del alfoz de Burgos, agrupados en torno a la Asociación de vecinos pro retablo Felipe de Bigarny de Cardeñuela Riopico. A la propia inestabilidad del sistema constructivo del conjunto, se sumaba un intenso ataque de carcoma, la pérdida de elementos como molduras, cabezas de los angelitos y tallas, y una capa pictórica oscurecida por la oxidación de diferentes sustancias aplicadas al volver a policromar estructuras y tallas según los gustos barrocos.
Así, la intervención realizada por Batea Restauraciones ha recuperado las policromías originales de las tallas, ha estabilizado las estructuras mediante una consolidación química de la madera y ha ordenado y puesto en contexto todas las piezas provenientes del retablo de la capilla de la Presentación, de forma que puedan observarse de manera adecuada.
El retablo fue ejecutado por el escultor Felipe Bigarny a partir de 1528 para la capilla funeraria de don Gonzalo Díaz de Lerma. A mediados del siglo XVIII, el capellán lo vendió a la parroquia de Cardeñuela Riopico, pero las piezas que conforman el retablo en la actualidad no son todas las que había en su ubicación original, de modo que, a falta de elementos estructurales y grupos escultóricos, es imposible recrear cómo era este altar en el siglo XVI.
De vuelta a Cardeñuela Riopico El retablo repetirá el viaje que vivió hacia 1750 con su traslado desde la Seo hasta la iglesia de Santa Eulalia cuando finalice su exposición en junio. Con la premisa de su adecuación al contexto litúrgico del que sigue formando parte, se instalará de nuevo en el presbiterio, enmarcando los conjuntos escultóricos y las tallas con elementos de la mazonería del siglo XVI, de forma que se pueda percibir la calidad de las piezas.