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Un libro recuerda la figura del cardenal Benlloch y su papel fundamental en el VII Centenario de la Catedral de Burgos

El palacio arzobispal de Burgos ha acogido esta mañana la presentación del libro ‘El cardenal Benlloch y Vivó (1864-1926)’, escrito por Domingo Ortega Gutiérrez. Se trata de una exhaustiva biografía de quien fue arzobispo de Burgos durante la conmemoración del VII Centenario de la Catedral de Burgos, de la que fue promotor, e impulsor del Seminario Nacional de Misiones Extranjeras.

La obra, de más de quinientas páginas, se puede adquirir en la librería de la Casa de la Iglesia a un precio de 30 euros y repasa su vida, desde su nacimiento en Valencia hasta su muerte en Madrid, con su sepultura provisional en la capilla de Santa Tecla de la Catedral de Burgos. Tras ser canónigo de la seo de Segovia, Juan Bautista Benlloch y Vivó fue nombrado obispo de Solsona en 1901 y, posteriormente, en 1907, obispo de Urgel y copríncipe soberano de Andorra.

Allí su labor social y en favor del progreso y el bienestar fue intensa, con el encauzamiento de los ríos Segre y Llobregat, la llegada del teléfono y el telégrafo al país pirenaico o la escritura de la letra del himno de Andorra, entre otras iniciativas. En 1919, el papa Benedicto XV le preconizó como arzobispo de Burgos y le encargó crear el Seminario Nacional de Misiones Extranjeras.

Benlloch, que era académico de las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando y de San Carlos, poco después fue nombrado cardenal, recibiendo la birreta cardenalicia en la capilla del Palacio Real de Madrid de manos del rey Alfonso XIII. Domingo Ortega Gutiérrez es sacerdote y profesor emérito de la Universidad de Burgos, institución en la que trabajó dentro del Departamento de Didácticas Específicas. Entre 2004 y 2013 ejerció como vicario episcopal de Cultura y Sociedad. Hijo predilecto de Melgar de Fernamental, también fue presidente del Orfeón Burgalés.

‘Burgos, 1921’ en el Salón del Trono El Salón del Trono del palacio arzobispal acoge una de las exposiciones que conforman Burgos, 1921: cuando la Catedral celebró sus 700 años’. Este edificio, de estilo neorrenacentista, fue la residencia oficial de los arzobispos Benlloch, Segura, De Castro y Pérez Platero. El anterior, adosado a la Catedral, comenzó a derruirse en 1914. En esta sede se recuerda que hasta julio de 1921 no había habido nunca unas celebraciones tan inolvidables para los diocesanos y para la Iglesia española.

Más de 30.000 personas se acercaron a Burgos a conocer mejor la Catedral y disfrutar de los festejos, que incluyeron exhibición hípica, corridas de toros, exposición de arte retrospectivo, verbenas, conferencias, traslado de los restos del Cid a la Seo o la procesión de la reliquia del rey San Fernando por las calles de la ciudad. En este espacio se puede apreciar la mitra del arzobispo Benlloch, un retrato pintado por José Nogué y diversos documentos, como la bula de Benedicto XV, las cartas pastorales del cardenal Benlloch o la crónica de su viaje a Hispanoamérica.

Se puede visitar de lunes a viernes, de 11 a 14 h y de 17 a 19 h.

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