Se presenta la 2ª Campaña de Excavación Arqueológica del Solar del Cid
En agosto de 2016 la Asociación burgalesa Ego Ruderico presentó al Ayuntamiento de Burgos la iniciativa de intervenir en el Solar del Cid con el fin de investigar arqueológicamente dicho espacio, y ante la posibilidad de generar un proyecto de divulgación como nuevo atractivo cultural de Burgos, y como recurso arqueológico integrante en la Ruta Cidiana que actualmente se desarrolla en la ciudad.
La fama de la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, intrínsecamente ligado a Burgos, ha traspasado nuestros pueblos y sus fronteras convirtiéndose en el burgalés más universal. Este personaje, en el que convergen la historia y la leyenda, ha suscitado un sinfín de estudios; y eruditos y curiosos muestran un incesante interés por conocer algo más de este prototipo de “héroe castellano”. En este sentido, el llamado “Cid Campeador” constituye un polo de atracción tanto para investigadores como para un público general.
La provincia de Burgos actualmente lidera la Ruta del Camino del Cid integrada por aquellos lugares relacionados con el destierro de Rodrigo, una ruta histórica que cada vez cuenta con una mayor proyección turística. Además, la ciudad ofrece una ruta propia dado que en ella se pueden recorrer hitos y lugares vinculados con el mismo. De todos ellos sin embargo, el Solar del Cid es el hito más antiguo ya que se estima que en él hubo casa de su pertenencia.
Este personaje del siglo XI, ligado en gran medida a la figura del rey Alfonso VI, vivió un período convulso ante los enfrentamientos entre cristianos y los reinos taifas que ocupaban una parte de la península bajo la bandera del Islam. La tradición le relaciona con el barrio de San Martín, barrio en el que se encuentra el Solar del Cid. Este sector de la ciudad por aquel siglo contaba con pequeñas proporciones y tenía un carácter agrícola. Era un terrazgo aledaño a la primitiva muralla y al incipiente Camino de Santiago.
Las primeras noticias de la propiedad nos remiten al año 1420 y al Monasterio de San Pedro de Cardeña. En 1593 como tal es adquirida por el Regimiento de Burgos, y desde 1784, año en el que se coloca el actual monumento, ha permanecido prácticamente inalterado.
Todas estas circunstancias, motivaron que en el año 2017 el Ayuntamiento de Burgos decidiera abordar un proyecto de investigación para ampliar el conocimiento urbano e histórico de este Solar. Para ello aportó sus propios medios presupuestarios, se apoyó en el convenio con el Plan de Empleo de la Junta de Castilla y León, y encargó la dirección arqueológica a Fabiola Monzón Moya dada su dilatada experiencia en actuaciones arqueológicas dentro de la ciudad de Burgos. Para ello, se contó con la autorización de la Dirección General de Patrimonio y Bienes Culturales de la Junta de Castilla y León, de acuerdo con la legislación vigente.
Así, los objetivos globales de esta investigación fueron: Abordar un proyecto de investigación sobre los restos arqueológicos que conserva el subsuelo del solar y analizar su engranaje en el contexto históricourbano de la zona.
Establecer si existen conexiones con el linaje cidiano.
Valorar la posibilidad de crear un producto de turismo cultural integrado dentro de la Ruta Cidiana en la ciudad de Burgos ya existente. Inicialmente se planteó la apertura de un sondeo a fin de comprobar si se conservaban restos arqueológicos de interés. Debido a los resultados obtenidos se decidió ampliar el área de excavación a unos 96,25 m2, de los 270 m2 que cuenta el solar, unas dimensiones ajustadas al tiempo que enmarcaba el Plan de Empleo.
El espacio analizado revela ámbitos de ocupación claramente diferenciados y pertenecientes a marcos cronológicos diferentes. La fase más antigua se relaciona con la presencia de un conjunto de silos horadados en el sustrato geológico, asociados con la ocupación altomedieval de este sector de la ciudad. Estas estructuras negativas quedaron posteriormente convertidas en basureros, algunos ya en el período pleno medieval a tenor del material cerámico recuperado.
La siguiente fase se vincula con la construcción de una vivienda de grandes proporciones para lo cual fue excavado el terreno natural. En este espacio habitacional, dotado de una pavimentación de canto de río, se definen diferentes estancias, una de ellas claramente asociada a un patio – posiblemente porticado- dadas sus características y la presencia de un pozo. A falta de una mayor investigación, su cronología queda comprendida entre los siglos XIII y XIV, datación establecida de forma relativa en función de la estratigrafía.
La vivienda, al menos en parte, es utilizada con posterioridad para fines artesanales. De ello ha quedado como testigo un horno de mampostería y adobe cuya función posiblemente pudo ser para trabajos de alfarería, un hecho a falta de confirmar. Esta estructura se construye en una de las habitaciones posicionada en la margen oriental del patio. También a la espera de una mejor datación, su cronología se estima entre los siglos XV-XVI.
Ya en el siglo XVI, el ámbito habitacional se disgrega y se levanta un muro de mampostería entre el patio y la sala este, siguiendo los márgenes previos de estos espacios. Este hecho parece tener relación con la transacción establecida entre el Regimiento de la Ciudad y el Monasterio de San Pedro de Cardeña de modo que, el Regimiento sólo adquiere una parte, la más occidental.
A partir de aquí se suceden diferentes rellenos generados entre los siglos XVI, XVII y XVIII hasta obtener la rasante en la que el monumento al Cid fue colocado. En este momento
se produjo una adecuación del espacio y se modifica ligeramente la parcela, tal y como seaprecia en la rectificación del muro divisorio cuyo alzado estuvo presente hasta el siglo XIX.
En este sentido, cabe reseñar que el monumento fue situado en una esquina si bien la desaparición posterior de la citada tapia motivó la génesis de un nuevo concepto del monumento presidiendo el espacio central. De cada una de estas fases se ha recuperado un cuantioso repertorio de materiales que responden a diferentes tipologías y cronologías. Indudablemente su estudio, a falta de concluir, está permitiendo ampliar el conocimiento de la vida cotidiana de los burgaleses a lo largo de los siglos.
En definitiva, tras la I fase de excavación se puede señalar que se han cumplido algunos de los objetivos:
Se ha verificado la pervivencia de estructuras y niveles que nos remiten al desarrollo urbanístico de este espacio.
Se ha confirmado el potencial arqueológico e interés del área.
Se ha constatado el estado de conservación de la estratigrafía subyacente.
En cuanto al objetivo de dar verosimilitud a la tradición histórica sobre la propiedad cidiana del solar, inicialmente ya éramos conscientes de que prácticamente es imposible demostrar este hecho si bien, se han documentado estructuras que nos ayudan a comprender mejor el contexto urbano del solar en época del Cid.
Una vez demostrado el potencial arqueológico del Solar y su interés para conocer la evolución urbana de este sector de la ciudad, el Ayuntamiento de Burgos sigue manteniendo su interés en continuar la investigación iniciada y ha planificado una II fase de excavación arqueológica ampliando la superficie otros 100,00 m2 abarcando así casi la totalidad del Solar. De nuevo, asumiendo los costes necesarios, y recurriendo al Plan de Empleo, esta nueva campaña se plantea con los siguientes objetivos.
Ampliar el conocimiento de las estructuras vinculadas con la actividad agrícola desarrollada en la fase altomedieval.
Clarificar la cronología en la que estos depósitos de almacenamiento se convierten en basureros.
Establecer el momento en el que estos silos/basureros fueron cortados para dar paso a nuevas construcciones.
Concretar la cronología en la que fue construida la vivienda.
Analizar y conocer la distribución espacial de este espacio habitacional.
Datar de forma precisa el momento en el que este ámbito se convierte en un centro artesanal.
Investigar la tipología del horno y clarificar su funcionalidad.
Continuar con la investigación de los materiales arqueológicos para ampliar el conocimiento de la vida cotidiana de nuestros antepasados.
Obtener unos vestigios arqueológicos más definidos de cara a su puesta en valor y posible integración dentro del recorrido turístico de la zona.