Estatura y peso evolucionan a diferentes ritmos en el género Homo
Adrián Pablos, investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH participa en un amplio estudio de fósiles humanos de varias especies, publicado recientemente en la revista Royal Society Open Science, en el que se sugiere que la estatura y la masa corporal avanzan a diferentes velocidades en el género Homo.
Tras analizar más de 300 fósiles del esqueleto postcraneal de todo el mundo en un periodo que abarca desde hace más de 4 millones de años hasta la actualidad, los autores de este estudio concluyen que la variación del tamaño del cuerpo en la evolución humana no ha seguido una línea recta, y ha sufrido aumentos repentinos en diferentes períodos.
“Hasta hace poco se pensaba que el cuerpo fue aumentando progresiva y conjuntamente en peso y estatura, cuando en realidad ha ido creciendo a través de un patrón de pulsos y estasis”, explica Adrián Pablos.
El primer “pulso” ocurre con el origen de nuestro propio género hace alrededor de dos millones de años. En este período se observa un aumento tanto en altura (unos 20 cm) como en peso (entre 15 y 20 kg). Y hace aproximadamente 1,5 millones de años poco después de la aparición de Homo erectus/ergaster, se produce otro aumento en la estatura (unos 10 cm), seguido un millón de años más tarde, de otro en el peso corporal (10-15 kg).
«Existe un par de excepciones a este relato: Homo naledi y Homo floresiensis, cuyos restos recientemente descubiertos sugieren que estas especies nadaron contra la marea de aumentar el tamaño del cuerpo a lo largo del tiempo», señala Pablos.
Pero, en general, nuestros antepasados se hicieron más altos alrededor de un millón de años antes de que la masa corporal aumentara de forma generalizada. A partir de entonces, la estatura y el peso promedio del cuerpo se mantienen más o menos iguales en el linaje de los homínidos.