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Premio nacional para la investigación sobre valores y consumo ético de jóvenes burgaleses

El proyecto de Bachillerato de investigación/excelencia “La fina línea entre ser bueno y ser tonto. El consumidor” defendido en la Universidad de Burgos este curso por los estudiantes del I.E.S. Pintor Luis Sáez Sandra Gómez, Diego Guinea y Alba Sáez, ha logrado un segundo premio en el XXXV Certamen Jóvenes Investigadores, convocado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades con la colaboración del Instituto de la Juventud, es el concurso más importante de España en su género.

El trabajo de estos jóvenes burgaleses fue seleccionado como uno de los 30 finalistas, entre los más de 300 proyectos presentados a nivel nacional. Tras la defensa pública de su trabajo el pasado viernes, el jurado otorgó los burgaleses un segundo premio, dotado con 3000 euros.

La presentación del trabajo fue retransmitida en directo por YouTube y puede seguirse en el enlace.

El proyecto, tutorizado por la profesora de Economía del IES Pintor Luis Sáez, Ángela Hermoso Cosgaya,  y las profesoras de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Burgos, Paula Antón Maraña y Julieta Díez Hernández, trataba de dar respuesta a una de las grandes cuestiones de nuestro tiempo: ¿Influyen los valores personales de los consumidores en sus acciones?.

Un planteamiento a medio camino entre la filosofía y los estudios de empresa, con algunas pinceladas de psicología para la época actual, en la que términos como hiperconsumismo están a la orden del día, con el que Sandra, Diego y Alba ponen el foco en los valores y las acciones relacionadas con el consumo y la sostenibilidad.

Como punto de partida, estos jóvenes investigadores plantearon tres preguntas: ¿Existe disonancia cognitiva entre los valores personales y el consumo ético y sostenible de los consumidores? ¿Existen diferencias entre lo que la empresa quiere transmitir y lo que el consumidor percibe en materia de sostenibilidad y responsabilidad? ¿Existen diferencias generaciones en los casos expuestos en las hipótesis anteriores?

Empleando una metodología mixta, propia de las Ciencias Sociales, combinaron técnicas cuantitativas y cualitativas, además de fuentes de información secundarias. Realizaron una encuesta a 937 personas; dos entrevistas, una a Silvia Torrente, propietaria de Mi Medusa, un negocio local que destaca por sus prácticas de sostenibilidad, y otra a Daniel Arribas, director general de consumo en el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.

También organizaron un focus group en con 8 personas, formado por expertos en sostenibilidad, marketing y filosofía. Por último, analizaron informes de grandes organismos y Estados de Información no Financiera de las grandes empresas españolas. Cabe destacar que, para medir los valores éticos de la población objeto de estudio mediante el cuestionario, elaboraron su propia escala, denominada DAS BIE.

Las principales conclusiones obtenidas constatan una disonancia cognitiva entre lo que el consumidor piensa y cómo se comporta, es decir, existe una relación débil entre valores y consumo éticos y no existe relación directa entre valores éticos y consumo sostenible.

Sí que hay importantes diferencias entre lo que la empresa quiere transmitir en materia de sostenibilidad y responsabilidad social y lo que los consumidores perciben. Mientras que las empresas dedican muchos esfuerzos para proyectar una imagen socialmente responsable y éticamente correcta, los consumidores parecen percibirlo únicamente como estrategias de marketing por parte de estas.

Las diferencias generacionales también quedaron expuestas. Los resultados del análisis revelan que la Generación Baby Boomer, (entre 55 y 74 años) es la que tiene mayores valores éticos y presenta menor grado de disonancia cognitiva, con actos de consumo que reflejan en mayor medida sus valores éticos.

En el otro extremo se encuentra la Generación Silenciosa, los mayores de 75 años, y la Generación Z, los menores de 24 años, que obtienen los peores resultados en valores éticos y comportamiento ético y sostenible.

Otras conclusiones destacadas son la mejor adaptación de las pymes a las nuevas demandas relacionadas con la sostenibilidad, que un bajo nivel de renta no parece estar relacionado con un comportamiento menos responsable y que los más jóvenes no son tan manipulables por la publicidad y el marketing como se puede pensar.

Pese a su satisfacción por el trabajo realizado, estos brillantes jóvenes, manifiestan un sabor agridulce por los resultados obtenidos, que demuestran que aún queda mucho camino por recorrer en materia de sostenibilidad y consumo responsable.

Bachillerato de investigación/excelencia

El Bachillerato de investigación/excelencia constituye una opción educativa en el marco del bachillerato ordinario dirigida al alumnado que tenga interés en profundizar en los diferentes métodos de investigación y en el análisis de los problemas propios de cualquier investigación, en colaboración con docentes e investigadores de la Universidad de Burgos.

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