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El plástico tiene los días contados con la saliva del gusano de cera

Dos investigadores de la Universidad de Burgos han colaborado con la doctora Federica Bertocchini (Centro de Investigaciones Biológicas de Madrid) en el desarrollo de la investigación sobre las enzimas que contiene la saliva del gusano de cera claves para la degradación del polietileno.

Los investigadores de la Universidad de Burgos Pilar Castroviejo y Tomás Torroba utilizaron el microscopio confocal Raman del Parque Científico Tecnológico de la UBU para monitorizar el proceso por el que las enzimas degradan el polietileno en cuestión de horas y que podrían revolucionar el reciclaje de plásticos.

Mediante la valiosa técnica de la microscopía confocal, combinada con la espectroscopia Raman, que proporciona en pocos segundos información química y estructural de cualquier material o compuesto orgánico o inorgánico, lograron determinar el progreso de la acción de las enzimas que descomponen rápidamente las bolsas de plástico.

Los resultados de estas investigaciones se han publicado en un artículo de Nature Communications. Los científicos señalan que la degradación del plástico por sistemas biológicos con reutilización de los subproductos podría ser una solución futura a la amenaza global de la acumulación de desechos plásticos.

La saliva de Galleria mellonella larvae (gusanos de cera) es capaz de oxidar y despolimerizar el polietileno (PE), uno de los plásticos derivados de la poliolefina más producidos y resistentes.

Este efecto se consigue después de unas horas de exposición a temperatura ambiente en condiciones fisiológicas (pH neutro). La saliva del gusano de cera puede superar el paso de cuello de botella en la biodegradación de PE, es decir, el paso de oxidación inicial.

Dentro de la saliva se identificron dos enzimas, pertenecientes a la familia de las fenol-oxidasas, que pueden reproducir el mismo efecto que la saliva íntegra del gusano. Hasta donde sabemos, estas enzimas son las primeras enzimas animales con esta capacidad, lo que abre el camino a posibles soluciones para la gestión de residuos plásticos a través del biorreciclaje/reciclado.

El polietileno (PE) representa el 30 % de la producción de plástico sintético, lo que contribuye en gran medida a la contaminación por desechos plásticos en el planeta hasta la fecha. Junto con el polipropileno (PP), el poliestireno (PS) y el policloruro de vinilo (PVC), el PE es uno de los polímeros más resistentes, con cadenas C-C muy largas organizadas en una estructura densa y cristalina.

Dados los cientos de millones de toneladas de desechos plásticos que se acumulan y el ritmo aún creciente de la producción de plástico, la reutilización de los desechos plásticos es un camino necesario para aliviar la gravedad del problema de la contaminación plástica y, al mismo tiempo, poner a disposición de la sociedad un enorme potencial.

Esta investigación se inició cuando Federica Bertocchini, aficionada a la apicultura, al limpiar y transportar los gusanos de una colmena infestada, descubrió que las larvas comenzaban a hacer agujeros en una bolsa de basura de plástico.

Con posterioridad, en colaboración con varios grupos de investigadores, entre los que se encuentra la doctora Pilar Castroviejo y el profesor Tomás Torroba, demostraron que la saliva de los insectos puede ser un depósito de enzimas activos que revolucionará la degradación de desechos plásticos contaminantes.

https://www.nature.com/articles/s41467-022-33127-w?utm_source=ncomms_etoc&utm_medium=email&utm_campaign=toc_41467_13_1_20221005&utm_content=BS_1

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