El Ayuntamiento de Burgos ha realizado un balance de los cuatro años de legislatura que han destacado por la gestión teniendo en cuenta con la fuerte crisis económica en la que estaba inmerso el país. En palabras del alcalde Javier Lacalle, “es muy positivo”.
La normalización de la situación económica, la prestación de unos buenos servicios públicos y la mejora de espacios y dotaciones municipales han sido los tres ejes principales de actuación del gobierno en estos cuatro años, a los que hay que añadir la proyección de la industria y el empleo y la proyección de Burgos desde el punto de vista turístico.
El Ayuntamiento prevé cerrar el año con una deuda de 94 millones, una cifra alejada de los 208 millones con los que comenzó la legislatura, siendo uno de los ayuntamientos más saneados de España.
Por otra parte, el alcalde ha señalado que Burgos ha sido el ayuntamiento “más inversor de toda la comunidad”, destacando la remodelación del centro histórico, el impulso del suelo industrial, así como el Bulevard del Ferroraril, el Coliseum Burgos, la ampliación de la depuradora y los depósitos de Cortes; aunque el alcalde ha destacado una quinta actuación correspondiente al Fórum Evolución.
En otro orden de cosas, el alcalde ha valorado muy positivamente la prestación de servicios públicos en estos cuatro años, de los cuales se siente muy orgulloso.
A parte de ayuda a familias necesitadas, se han incrementado el número de plazas de escuelas infantiles municipales, se ha obtenido la calificación de “mejor agua de España” y Burgos está a la cabeza de usuarios de las bibliotecas municipales y de las instalaciones deportivas.
No todo ha sido positivo, por lo que Lacalle ha reconocido sentirse decepcionado por no poder culminar la renovación del transporte público de la ciudad, así como la malograda transformación integral de la calle Vitoria.
