El ADN indica que el Lince euroasiático ocupó la cornisa norte de España
Es bien conocida la presencia desde hace decenas de miles de años del lince ibérico en la mayor parte de nuestra península. No ocurre lo mismo con su pariente más cercano, el lince euroasiático o boreal. Hasta el momento la mayoría de los investigadores han considerado que este primo mayor (pesa casi el doble) de nuestro lince nunca llegó a habitar más al sur de los Pirineos.
Esto llevó a atribuir al lince ibérico todas las enigmáticas citas y referencias al ‘katamotz’ en el País Vasco y de ‘lobos cervales’ en el resto de la cornisa cantábrica y Galicia. Sin embargo, un grupo de zoólogos y paleontólogos españoles, basándose en documentos históricos y en algunos restos paleontológicos, han venido defendiendo que el lince boreal habitó la cornisa cantábrica hasta época reciente.
Esta hipótesis es ahora confirmada por un artículo que se publicó ayer en la revista ‘Journal of Zoology’. Científicos del Centro Mixto UCM-ISCIII, dirigido por Juan Luis Arsuaga, Director Científico del Museo de la Evolución Humana, y de la Universidad de Oviedo muestran, mediante dataciones directas por C14 y análisis de ADN antiguo de restos fósiles, que el lince boreal habitó la cornisa cantábrica desde principios del Holoceno hasta hace solo unos siglos. En este estudio, dirigido por Cristina Valdiosera y Ricardo Rodríguez Varela, se han identificado mediante el ADN linces boreales a partir de restos de linces asturianos, cántabros, vascos y navarros con edades comprendidas entre los 11.000 y los 400 años de antigüed
Cráneos de lince euroasiático hallados en la sima de Serpenteko (Navarra). Foto realizada por María Cruz Ortega.