El escritor Gustavo Vega Mansilla presenta su libro Instantes de Cristal
Este libro es una recopilación de composiciones poéticas, tipo haiku o próximas a dicha forma de tradición japonesa, realizadas por Gustavo Vega Mansilla a partir del año 1990. Por no ajustarse todas ellas de manera estricta a la forma tradicional japonesa, el propio autor prefiere denominarlas, en lugar de haikus, «instantes de cristal».
Estos «instantes de cristal» son un intento de concentrar en el instante, en una mirada, la totalidad de la experiencia -el yo disuelto en el universo-, algo tan propio del haiku, un género que nació en Japón como una depurada forma creativa, hija de toda una larga historia cultural que coincide en gran parte con la intención de algunas poéticas occidentales y también árabes de tendencia místico-contemplativa.
Todas estas composiciones de VEGA, junto con otras muchas, ya fueron publicadas en diferentes medios y traducidas a varios idiomas -Japonés, Alemán, Inglés, Finés, Italiano, Macedonio, Occitano, Esperanto…-. En la colección «amazon-biblioteca gustavo vega mansilla» pueden encontrarse los libros con dichas traducciones.
En este libro, además de los instantes de cristal en clave poético-visual, hay alguno de poemas visuales del autor. Sabido es que GUSTAVO VEGA es reconocido en España e internacionalmente como uno de los máximos representantes de la llamada poesía visual. Y es precisamente esta tendencia a lo visual y, con ello, a la plasticidad de las escrituras caligráficas que siempre se ha sentido atraído por la escritura árabe. Una escritura que admite una cantidad de recursos visuales muy superior a la latina por él empleada.
Es por esta tendencia, y por azar, que GUSTAVO VEGA se puso en contacto con un profesor y poeta de cultura árabe, el marroquí ABDELOUAHHAH ERRAMI, a quien escuchó recitar y cantar algunos de sus poemas con una particular sensibilidad y emoción poética. Además, descubrió que Errami, no sólo es un gran poeta, domina tanto algunos instrumentos musicales como los útiles necesarios para la escritura caligráfica, por lo que pensó que era el poeta ideal para traducir y visualizar en árabe sus poemas, en este caso sus «instantes de cristal».
A la traducción y caligrafía realizada por Errami, Vega le añadió su propia impronta modificando su aspecto visual procurando un mayor atractivo y expresividad por medio de recursos ideográficos y y caligramáticos propios de la poesía visual que practica desde los años 70.