Más de 50 personas analizan el protagonismo de la mujer en los siglos del románico
¿Hasta qué punto fueron importantes las mujeres en el desarrollo del arte románico? ¿cuál era su papel en la sociedad medieval? Son algunas de las cuestiones a las que tratará de dar respuesta la nueva edición del curso de Las Claves del Románico, organizado por la Fundación Santa María la Real, gracias a la colaboración de la Diputación de Palencia y el Ayuntamiento de Aguilar de Campoo.
El curso, se plantea en dos convocatorias con idénticos contenidos para facilitar la asistencia del mayor número posible de alumnos. La primera de ellas comenzaba hoy en el refectorio del monasterio de Santa María la Real con 54 alumnos y la segunda convocatoria se llevará a cabo del 18 al 20 de septiembre.
“El papel de la mujer en la sociedad medieval es complejo y difícil de conocer ya que las fuentes documentales aportan pocos datos sobre sus vivencias cotidianas. Aun así, en las últimas décadas han sido muchos los trabajos de investigación que han ido desgranando las múltiples facetas del universo femenino en sus distintos ámbitos de acción: doméstico, público, religioso, cultural o laboral”, explica Pedro Luis Huerta, coordinador del programa de cursos de la Fundación.
Algunos de esos trabajos se expondrán durante esta nueva edición de Las Claves del Románico, que contará con la participación de siete expertos investigadores, quienes se encargarán de “matizar la imagen estereotipada de las mujeres como “hijas de Eva”, abriendo nuevas perspectivas de investigación encaminadas a conocer su implicación real en la producción artística de los siglos XI al XIII”.
Reinas, infantas y señoras en casas, conventos y palacios
Así, la sesión de hoy en el refectorio del monasterio de Santa María la Real, comenzaba con la intervención de Diana Pélaz de la Universidad de Santiago de Compostela, a través de una videoconferencia, demostrando que las nuevas tecnologías permiten el desarrollo normal de este tipo de actividades, pese al coronavirus. Su ponencia se ha centrado en los espacios que ocuparon las mujeres medievales, lugares, “en los que podemos encontrarlas de una manera inequívoca: la casa, el convento o el palacio” y en los que se comprueba “que su presencia no habla de ataduras, sino de la sociabilidad y la interacción que se construye más allá de sus muros”.
Un ejemplo claro de los vínculos que construyeron las mujeres del románico, lo constituyen para Pélaz, “las cortes medievales”, dado que “las reinas se hacían visibles ante un amplio territorio a través de mecanismos muy diversos”. Se posicionan como benefactoras y promotoras de monasterios y fundaciones eclesiásticas, pero también “se encargan de confeccionar lazos que discurren por las ciudades y villas del territorio que gobiernan junto a sus esposos”.
De ellas, precisamente, de reinas, infantas y señoras ha hablado Concha Cosmen del Instituto de Estudios Medievales de la Universidad de León, quien ha analizado el patronazgo artístico que ejercieron las élites femeninas en los monasterios cistercienses de Castilla y León entre los siglos XII y XIII, apuntando que llegaron a promover hasta 15 abadías: siete en el Reino de León y ocho en el de Castilla, de las cuales diez eran femeninas y ocho masculinas.
La representación de la mujer en el arte medieval
Pero, ¿cómo se reflejó el papel de la mujer en el arte románico? La respuesta se dará durante la segunda sesión del curso con intervenciones como la de José Antonio Olañeta de la Universidad de Barcelona, quien profundizará en la representación de las donantes y promotoras femeninas en la escultura y la pintura, indagando en su rango y motivaciones, en los diversos modelos iconográficos que utilizaron o en sus diferencias con respecto a los patrones seguidos por hombres.
Tomará el relevo Verónica Abenza, de la Universidad Autónoma de Barcelona, que se centrará en el análisis de los espacios funerarios femeninos, fijando su mirada en ajuares y sepulcros para poner de relieve el “protagonismo de la mujer en torno a la muerte”. Cerrará la jornada, Victoriano Nodar de la Universidad de Vigo, quien adentrará a los participantes en el imaginario románico de la catedral de Santiago de Compostela donde hallamos un nutrido repertorio de imágenes femeninas esculpidas en diversos formatos, relieves, capiteles y canecillos, con un carácter marginal y con una intención catequizante.
De juglaresas y bordadoras
La tercera jornada del curso se dedicará a analizar el papel de la mujer en la música y la producción textil del momento, con sendas charlas a cargo del investigador Josemi Lorenzo y la profesora de la Universidad Complutense de Madrid, Laura Rodríguez. Pese al “tabú cultural” que existía en torno a la voz femenina y a que en muchos casos el aprendizaje de la escritura o la polifonía se realizaba en espacios a los que no tenían acceso, “las mujeres hicieron música, compusieron, dirigieron, enseñaron, interpretaron, danzaron y escribieron sobre ella”, apunta Lorenzo.
La documentación habla específicamente de “cantoras, juglaresas, soldaderas, cantaderas, dançaderas, endechaderas… pero restan otras músicas que, sin vínculo profesional, también practicaron este arte” y pone el ejemplo de las monjas en los conventos o las plañideras que acompañaban con su rítmico llanto a los difuntos.
Las mujeres también desarrollaron un importante papel en la actividad textil. Bordar y tejer fueron labores en las que las nobles damas ocupaban gran parte de su tiempo. Pero en otros estamentos también se dedicaron de forma profesional al desempeño de distintas labores textiles, tal y como explicará Laura Rodríguez, quien hablará, además de cómo la indumentaria podía servir para distinguir la condición social de la mujer o su religión.
Para comprobar y poner en práctica lo aprendido, los participantes en el curso de Las Claves asistirán a dos recorridos guiados uno por los monasterios de San Andrés de Arroyo y Santa Eufemia de Cozuelos y otro por las iglesias de Cezura y Santa María de Mave. Quienes no hayan podido participar en esta edición, tendrán una segunda oportunidad del 18 al 20 de septiembre.
La Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico es una entidad privada sin ánimo de lucro, cuya misión fundamental es generar desarrollo sostenible y activar los territorios, mediante la puesta en marcha de proyectos e iniciativas innovadoras basados en tres ejes: personas, patrimonio y paisaje. Actualmente, el trabajo de la Fundación se estructura en tres grandes áreas: Empleo y Emprendimiento, Atención Social y Turismo y Cultura. Dentro de esta última, se desarrolla el programa de cursos, talleres y seminarios especializados en patrimonio, historia, románico y cultura medieval, que cada año congregan a cientos de aficionados.