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La Iglesia en Burgos busca el consenso para decidir su futuro

El Seminario de San José ha acogido hoy la primera sesión de trabajo de la fase final de la Asamblea Diocesana, un proceso de consulta y reflexión con el que la archidiócesis de Burgos quiere dibujar sus líneas de actuación para el futuro.

A lo largo de cinco sábados de aquí a abril, 183 personas (109 laicos, 55 sacerdotes y 19 religiosos y religiosas), en representación de todo el Pueblo de Dios, serán los responsables de reflexionar, a través de sesiones plenarias y diversas mesas de trabajo, sobre cuestiones que atañen a la vivencia personal de la fe, a las estructuras y modos de organización eclesial y a la presencia de la Iglesia en medio del mundo.

La sesión de este sábado ha centrado el debate en la importancia de «renovar el encuentro con Jesús», basando su reflexión en cuestiones como la importancia de la oración personal y comunitaria, la Palabra de Dios, la celebración de la eucaristía, el primer anuncio o los procesos formativos en la vida de los cristianos.

También se ha presentado la dinámica de trabajo, que buscará siempre el consenso y donde cada participante podrá plantear en todo momento enmiendas y sugerencias. Se requerirá la votación favorable de dos tercios de los asistentes para poner en marcha las próximas líneas de actuación diocesanas.

Proceso participativo

Comienza así el final de un proceso iniciado en septiembre de 2019 y en el que, a pesar de las dificultades de la pandemia, más de 3.000 personas de toda la provincia han presentado sugerencias de mejora para la pastoral diocesana y en el que también se ha tenido en cuenta el resultado de varias encuestas de opinión.

Sus reflexiones conforman «un mosaico» que, con las próximas sesiones de trabajo, deberán completarse «buscando la armonía dentro de las diferencias», tal como ha subrayado Eloy Bueno, relator de la Asamblea y coordinador de los documentos de trabajo.

La fase final de la Asamblea ha sido inaugurada esta mañana con una solemne eucaristía presidida por el arzobispo en la Catedral. Don Mario Iceta afronta con «emoción, profundidad y agradecimiento» este proceso sinodal con el deseo de que ayude a los cristianos de la archidiócesis a ser «personas cántaro que sacien la sed de este mundo» y buscando «conocer los deseos del Espíritu Santo» para la Iglesia en Burgos.

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